DIOS AL CONTROL

“Con una parte del hombre Dios
hizo a una mujer, a fin de que fuese ayuda idónea para él, alguien que fuese
una con él, que le alegrase, le alentase y bendijese, mientras que él a su vez
fuese su fuerte auxiliador. Todos los que contraen relaciones matrimoniales con
un propósito santo—el esposo para obtener los afectos puros del corazón de una
mujer, y ella para suavizar, mejorar y completar el carácter de su
esposo—cumplen el propósito de Dios para con ellos” HC 84.
La mujer es el complemento del
hombre, ambos están en el mismo nivel delante de Dios. Dios creó a la mujer de
la costilla el hombre, fue creada para ser amada, cuidada y respetada, además
de tener la gran capacidad de entregarse con todo el corazón.
A pesar de ser un ser frágil es
un ser fuerte con la misma capacidad de poder engendrar un nuevo ser; por lo
tanto, Dios la entregó al hombre para que juntos pudieran experimentar lo que
significa el amor, este desciende de Dios para nosotros y que podamos
demostrarlo a quién deseamos entregárselo. Sólo podemos demostrarlo y
entregarlo a través del santo matrimonio, esta es la unión entre un hombre y
una mujer qué han elegido unirse para siempre y con la aprobación de Dios. El
matrimonio es el principio de la vida, pues a través de él, Dios entrega a una
pareja la herencia más grande que son los hijos.
Cuando esta unión se ha realizado,
juntos cumplen el propósito de Dios. Hemos elegido a quién entregarle todo
nuestro ser, compaginar nuestra vida y hacer de ambas vidas una sola, unidas a
través del firme propósito de Dios. No importa los días, los meses o los años
que lleves casado de una u otra manera tu matrimonio ha cumplido el propósito
de Dios y lo seguirá cumpliendo por el resto de tus días.
Recuerda y si tienes a Dios
presente cada día dentro de tu hogar y dentro de tu matrimonio las cosas
saldrán mejor, si dejas actuar a Dios en tu corazón y le permites que Él sea el
centro de tu matrimonio te darás cuenta de que las cosas son mejores, que
muchos conceptos bíblicos se harán presentes y se cumplen conforme a la
voluntad de Dios, porque Él dirige nuestro matrimonio.
¿Quieres tener éxito en tu
matrimonio? Deja que sea Dios el que lo dirija.