UNIDAD, PRINCIPIO DIVINO

“Esfuércense por mantener la
unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz” (Efesios 4: 3).
Cuando Jesús oró al Padre por la
unidad de sus discípulos, Él empezó su oración haciendo referencia a la unión que
existía entre Él y su Padre, la cual es una relación de perfecta unidad. Si los
hijos de Dios buscan la unidad de la cual Jesús hablaba, ya sea en la iglesia o
en la familia o en el grupo de oración, esta debe estar fundada en el pleno conocimiento
de la unidad que existe entre Jesús y el Padre.
La verdadera unidad se basa en el
aspecto que el apóstol Pablo menciona: “siempre humildes y amables,
pacientes, tolerantes unos con otros en amor” (Efesios 4: 2), una de las causas de muchos problemas
en la pareja, en la iglesia y en las relaciones es “el orgullo, la soberbia, la
arrogancia y el corazón altivo”; el apóstol es consciente que estas acciones
tienen consecuencias en las personas, y por eso nos da una recomendación “Esfuércense
por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz” (Efesios 4: 3).
Jesús rogó al Padre diciendo “No ruego que los quites del mundo, sino
que los guardes del mal […] Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad […]
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad” (Juan 17: 15, 17,
23). Esta es la oración de Jesús por la unidad.
Que tu oración este día sea: Querido
Señor, muchas veces he sido piedra de tropiezo y he roto la unidad, ayúdame a
convertirme en un pilar de fe, fortalecido por tu palabra, para crear unidad,
en el nombre de Jesús te lo pido, Amén.