ABSUELTOS

“El
Señor se compadeció de su siervo, le perdonó la deuda y lo dejó en libertad” (Mateo 18: 27 NVI).
Escurrían las lágrimas por sus
mejillas, no podía dejar de sollozar. Esta mujer estaba frente al juez para dar
razón de todas las multas de tránsito que debía, las cuales sumaban un total de
400 dólares. El juez leyó una por una las multas con lujo de detalle. Ella
confesó desconocer la existencia de al menos 4, y dio cuenta del resto.
Mencionó que habían asesinado a su hijo recientemente, que le habían retenido
su cheque de pago. Mencionó también que en una ocasión no servía el parquímetro
y que cuando fue a buscar otro y volvió, ya tenía la multa en su parabrisas.
Después de explicar toda su situación, el Juez tomó unos minutos para analizar.
Después, tomó la decisión de tan sólo pedirle que cubriera dos que sumaban 50
dólares. Ella le dio las gracias, y acto seguido él le preguntó: ¿Puedes
pagarlas, o te vas a quedar sin dinero?- Ella levantó su rostro y le dijo sí, y
que le sobrarían 5 dólares. El juez nuevamente intervino y decidió que todo el
caso sería descartado, que no quería hacerle más difícil la vida, así que le
permitió retirarse totalmente absuelta de los cargos. Yo estaba esperando ver la continuación de la
historia, mis ojos estaban llenos de lágrimas, pues me conmovió la ternura y
paciencia del juez, imaginé que la mujer estaría llorando de alegría y
agradecimiento, pero no sé si fue así, pues terminó el video. Fui conmovida por
la compasión que mostró este hombre, pero es triste que no notamos que esa
misma decisión es la que toma Dios todos los días respecto a las acusaciones
que Satanás presenta en nuestra contra.
A veces desconocemos nuestras faltas y
otras veces intentamos justificarnos de mil formas, y Dios nos mira con
compasión, perdona nuestras faltas y nos devuelve la libertad. ¡Su
justicia es perfecta en Cristo y su amor
y compasión son inmensurables!
Que
tu oración este día sea: Gracias
Dios por tu infinita misericordia, que podamos corresponder a esa maravillosa compasión que borra
nuestras faltas. En Jesús, amén.
Bendiciones
