¿CÓMO COMUNICARTE CON QUIEN TÚ AMAS? 3

2. No te
apresures a hablar.
Piensa bien, piensa con cuidado. Habla de manera que la otra persona
pueda aceptar lo que tú dices.
Si escuchamos cuidadosamente eso nos ayudará a articular mejor la respuesta.
Nos ayudará a evitar la tendencia a decir lo primero que nos viene a la cabeza
sin pensarlo demasiado.
Una forma muy segura de conseguir el apoyo del interlocutor consiste en
hacernos cargo de los sentimientos expresados. Se lo puede lograr mediante el
uso de mensajes que contengan el pronombre “yo” por:
·
Describir, sin
acusar a nadie, lo que se dice o se hace, aquello que puede ser la causa del
problema.
·
Compartir los
sentimientos que estás experimentando, y
·
Explicar por
qué esta conducta te causa problemas.
Por ejemplo,
si me frustra que alguien no esté llegando a tiempo a una cita, puedo
reaccionar de dos maneras, diciendo: “Me molesta que de nuevo estás llegando
tarde. ¿Por qué no eres un poco más considerado?”, o “Me siento mal
porque llegamos tarde a esta cita porque creo que le podemos causar
inconvenientes a la persona que vamos que visitar. ¿Me permites que arregle
esto?” En realidad, nadie nos puede obligar a sentir enojo o cualquier
otra emoción. Somos responsables de nuestras emociones.
3. No
conviertas en importantes las cosas que no lo son.
Nadie es perfecto. La
persona a quien tú amas probablemente tiene algunos hábitos que a ti te
resultan desagradables. Algunos tienden a exagerar esas cosas al punto de intentar
definir toda la relación mediante el uso absoluto de las palabras siempre y nunca. “¡Siempre
llegas tarde!” “Nunca me tratas con respeto”. Estas expresiones son
exageradas y probablemente sean inexactas.
Edith Shaeffler dijo una vez: “Si usted exige perfección o nada, lo
que va a conseguir es nada”. Las relaciones importantes se basan en una
comunicación honesta. No hay que exagerar los errores del otro, basta con decir
la verdad. Pero, toma nota: la verdad siempre se debe decir con amor. El amor no
es “grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor” (1 Corintios
13: 5, DHH). Ser plenamente honesto y al mismo tiempo plenamente amable es la
clave de la verdadera comunicación.
4. No
causes frustración a tus seres amados.
Alguien podría decidir guardar silencio por una multitud de razones. Es
probable que querramos castigar al otro, o tener la esperanza de que el
problema desaparezca si se lo ignora, con la idea de que el silencio es oro ya que
le da tiempo al problema para que se resuelva solo, o creer que el hecho de no
decir nada dará buenos resultados. Ninguna de esas razones es válida. Sólo
levantan muros e impiden la comunicación.
Es importante explicar por qué te cuesta hablar en esas circunstancias.
Usa las tres sugerencias del punto número dos. Puedes lograr una mejor
comprensión de ciertos temas, de manera que los problemas no se repitan.
Continuará…
Autor: Roger y Peggy Dudley