DIOS NOS EQUIPA PARA CUMPLIR SU VOLUNTAD

"Y el Dios de paz que resucitó de los
muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre
del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad,
haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al
cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén." (Hebreos 13: 20-21)
En 1972, la NASA lanzó la sonda de
investigación espacial Pioneer 10. La misión principal del satélite era llegar
a Júpiter, fotografiar el planeta y sus lunas. Este habría de enviar datos a la
NASA sobre el campo magnético, cinturón de radiación, y atmósfera de este
gigantesco planeta. Los científicos consideraron que esto era un proyecto muy
ambicioso, pues hasta ese momento ningún satélite de la tierra había viajado
más allá del planeta Marte, y temían que el cinturón de asteroides lo
destruiría antes de llegar a su destino. Sin embargo, Pioneer 10 cumplió su
misión y mucho más. En noviembre de 1973, el satélite llegó a Júpiter y la
inmensa gravedad de este planeta lo lanzó a alta velocidad hacia el borde de
nuestro sistema solar. A un billón de millas de distancia del sol, Pioneer 10
pasó por Saturno, a dos billones de millas, pasó bordeando a Urano; luego se
aproximó a Neptuno cerca de tres billones de millas; y a Plutón a casi cuatro
billones de millas. En 1997, veinticinco años después de su lanzamiento,
Pioneer 10 se encontraba a más de seis billones de millas de distancia del sol.
A pesar de la inmensa distancia, Pioneer
10 continuó enviando señales de radio a los científicos en la Tierra. Lo
excepcional es que estas señales provenían de un transmisor de 8-watts, el cual
irradia solamente la energía que puede encender una pequeña bombilla de luz
nocturna. Nadie calculó que el pequeño satélite pudiera hacer lo que hizo. Los
ingenieros habían diseñado a Pioneer 10 con una vida de uso para solo tres
años, pero este continuó y continuó funcionando. Increíblemente su pequeño
radio transmisor de 8-watts logró más de lo que nadie pensó fuera posible.
Lo mismo ocurre cuando nos entregamos
por completo al servicio del Señor. Dios puede hacer maravillas, incluso con
transmisores de 8-watts.
Reflexionemos por un momento en un Dios
que usa los recursos celestiales para hacernos aptos en toda obra buena de
manera que cumplamos su voluntad. ¡Gloria a Dios por sus maravillas! Y
el Dios de paz… os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad.
La frase “hacernos
aptos” es
extremadamente profunda. Expresa la idea de que Dios nos equipa para
desarrollar las tareas, nos prepara para cumplir con su llamado. Nos equipa
quiere decir que Dios provee cualquier cualidad necesaria para realizar la
tarea encomendada. Equipar significa suplir lo que sea preciso para lograr el
propósito.
El rey David fue inspirado por el
Espíritu Santo para hablar en términos similares. “Jehová cumplirá su propósito en mi” (Salmo 138: 8). En vista del llamado de David al servicio y de
nuestro propio llamado al mismo, muchas cosas nos conciernen. Estamos llamados
a servir, a sacrificar, a orar, a adorar, a amar, a evangelizar, a edificar, y
la lista continúa. ¿Cómo podremos esperar progresar en tan amplia variedad de
servicios? Nuestra confianza es que Jehová cumplirá su propósito en
nosotros.
¿Es este trabajo de preparación al
servicio un asunto automático? ¡De ninguna manera! Recordemos, podemos resistirnos (Hechos
7: 51), desanimarnos (1
Tesalonicenses 5: 19), y hasta
desarrollar una actitud de rebeldía (Efesios 4: 30) hacia el trabajo del
Espíritu Santo en nuestras vidas. ¿Cuál debe ser nuestra aptitud? Como el Señor
es el que nos debe equipar para hacer su voluntad, debemos buscarle diariamente
en su Palabra y a través de la oración. Debemos depender humildemente de Él. No
debemos confiar en nosotros mismos, ni en formulas humanas, o cualquier otra
falsa esperanza.
Sí, a veces nos sentimos como un
transmisor de 8-watts, pero a la misma vez debemos saber que Dios nos hará
aptos para toda buena obra y para que nos gocemos cumpliendo su voluntad.
Que tu oración este
día sea: Padre
celestial haznos aptos para cumplir tu voluntad. Equípame para obedecerte en
cada momento. Reconozco que no cuento con lo necesario para cumplir tu
propósito en mí. A menudo pongo mi esperanza en lugares vanos. Ayúdame a poner
mis ojos solamente en Ti, en el nombre de Jesús, Amén.
Dios los bendiga siempre.