AMIGOS A PESAR DE LAS CIRCUNSTANCIAS 2/3

El otro lado de la historia,
vemos a un joven príncipe, heredero al trono de Israel según el linaje real de
su nación, su padre había sido elegido como legitimo rey de Israel por el
pueblo y había sido consagrado a Dios como rey por el profeta Samuel. Siempre
luchaba al lado de su padre y todo cuanto hacia lo ponía en las manos de Dios
(lee la historia completa de hoy en 1 Samuel 14).
Jonatán era el nombre de aquel
valiente príncipe, todo cuando hacía, lo hacía confiando en Dios, pues tenía la
confianza que Él lo libraría de la mano de sus enemigos. Su confianza era tal
que en una ocasión decidió entrar a la guarnición del enemigo, y para llegar
allí tenía que pasar un desfiladero muy peligroso, así que le dijo a su paje de
armas que irían allí, y su confianza en Dios era tal que dijo “quizá haga
algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o
con pocos”. Mientras cruzaba el
desfiladero llegaron al encuentro con los filisteos y estos le dijeron que
subieran hacia ellos y dijo Jonatán a su paje: “Sube tras mí, porque Jehová
los ha entregado en manos de Israel” (1 Samuel 14: 12). El atrevimiento de
Jonatán creo una gran confusión en el campamento enemigo. Al escuchar el
escándalo el rey Saúl, fue junto con su ejército hacia el campamento del
enemigo y vieron que sus enemigos se atacaban entre ellos, y fue así que Dios
libró a su pueblo de aquella batalla, Jonatán había tomado una decisión puesta
en las manos de Dios.
Muchas batallas se pelearon y
Jonatán siempre estuvo allí con el fin de librar a su pueblo de las manos de
los enemigos; se perfilaba como un futuro rey valiente y capaz de dirigir y
salvaguardar a su nación. Un joven comprometido con su labor de príncipe y
futuro sucesor al trono de Israel.
La siguiente batalla aún no se
había librado, debido a un pequeño gran problema llamado Goliat. Su padre
buscaba a un campeón que luchara contra aquel gigante, pero no puso los ojos en
su hijo Jonatán, al contrario, buscaba a otro, ¿Será posible que el rey buscará
proteger a su hijo y tenía temor que Goliat pudiese matarle y a si perder el
heredero al trono? Lo que no sabía el rey, era que Dios tenía preparado a su
paladín.
Después de la pelea aquel día, el
joven campeón se presentó otra vez ante el rey y respondió a la pregunta del
rey diciendo: “soy hijo de tu siervo Isaí de Belén” (1 Samuel 18: 58),
es probable que el joven de nombre David haya contado al rey como sucedieron
las cosas para ganar la batalla. Al escuchar esta conversación Jonatán,
encontró en David un amigo incomparable.