LA FAMILIA 1: "CREER O NO CREER"

Algunos filólogos piensan que la
palabra “creer” tiene su origen en la palabra latina cred?re, y la creación de la palabra se deriva de la raíz
indoeuropea de kherd (corazón) y dhe (poner, colocar, arreglar), en si la
palabra cred?re significaría poner el
corazón, poner la confianza en algo; la RAE define creer como: “Considerar una cosa como verdadera o segura
o pensar que existe, sin tener pruebas de su certeza o un conocimiento directo
de la misma.” Si hacemos una mezcla entre la definición del diccionario y
su origen podemos definir qué creer es depositar nuestra confianza con el
corazón.
La acción de creer no solo está
limitada a la religión, está presente en todos los ámbitos de nuestra vida
diaria, creer lo que dice tu pareja, creer lo que dicen tus hijos, creer lo que
te dicen tus empleados, creer a los profesores que te enseñan, creer en ti
mismo, creer en lo que dicen los gobiernos, creer en la ciencia, en fin,
podemos hacer una larga lista y no terminar.
En la ciencia se cree que todo lo
que se toca, se ve, se siente, porque ellos piensan que todo se basa en un
concepto tangible, por lo tanto, es lo que creen. Aunque para la ciencia creer
puede suponer dos conceptos diferentes, el primero se basa en creer que las
leyes científicas no son tangibles sino pensables, por ejemplo, no se puede
hacer ciencia y creer sólo en lo que se ve. El segundo concepto es que la
ciencia se tope con un límite al que conlleva la materia. Aunque muchos
conceptos están limitados por el concepto de espacio y tiempo. Creer en lo
visible lo hace cualquiera, creer lo que no se ve es el motor y la condición de
todo progreso científico y no científico. (www.conoze.com)
Si la ciencia se limita a creer sólo
en lo visible se limita en pensamiento, es por eso que para creer en lo que no
se ve se necesita un elemento muy importante y es la fe, la cual se define a sí
mismo como creer en lo que no se ve, pero que se sabe que está presente (Hebreos 11: 1).
El principio fundamental de creer
en la religión se basa en aceptar con el corazón lo que hemos encontrado.
Reconocer y aceptar también forman parte del creer. No nos limitamos en el
concepto solo de leer los textos sagrados o de mantener relación con Dios,
creer en un ser eterno es aceptar lo que Él hizo, hace y hará por sus
seguidores.
En la Biblia encontramos
personajes que aceptaron por fe lo que recibieron, vemos por ejemplo a Noé,
quien decidió creer lo que su Dios le indicó, construir un gran navío para
salvar a la humanidad del gran diluvio, fue tachado de loco por los demás.
¿Cómo podemos mantener la fe en
un mundo que solo nos señala como fanáticos? ¿Cómo puede la familia mantenerse
firme al creer en Dios?
Existen conceptos que hay que
aprender, lo primero es saber la importancia de la vida espiritual de cada
miembro de la familia y cómo podemos influenciar a otros a creer lo que tú has
encontrado en Jesús.
La cuestión no es sólo creer, es
aceptar y reconocer lo que tú has creído, es más fácil creer que no hacerlo, si
sucede lo que esperas es genial, sino la esperanza ha mantenido tu firme
posición.
La próxima semana empezaremos con
la 1ra parte de la importancia de la vida espiritual en la familia.