HOGARES QUE BENDICEN A OTROS 1/2

Continuamente
pasaba un viajero por el camino que estaba frente a su casa. Cierto día le
pusieron atención para ver que podían hacer por el viajero, en una ocasión la
pareja decidió hacerle una invitación, lo invitaron a entrar a su casa a descansar
del polvoriento camino y también lo convidaron a comer con ellos, sin duda no
sabían que ellos estaban compartiendo sus bendiciones con aquel caminante, se
dieron cuenta que ese hombre era diferente, que tenía algo especial y que en el
reflejaba algo distinto a los demás viajeros.
Como sus viajes
eran continuos por ese camino, ellos habían decidido invitarlo cada vez que
pasara por allí, las invitaciones constantes, crearon una amistad muy cercana,
aquel viajero, no solo comía con ellos, sino que descansaba un poco para
continuar con su camino. La compañía del viajero era tan grata, que un día la esposa
le sugirió a su marido hacer un esfuerzo mayor, de no solo invitarlo a comer,
de invitarlo también a que durmiera en su casa y así poder descansar por
completo, antes de seguir su viaje; al marido le pareció una idea genial.
Decidieron invertir y construyeron una habitación para aquel viajero, ahora no
solo tenía la oportunidad de estar a la mesa de sus anfitriones, sino que también
tenía una cama en una cómoda habitación para él.
La gratitud por
las atenciones recibidas, no las quería dejar con un solo gracias y desear
bendiciones del cielo; pensó en que podría darles como una gratitud por la
amabilidad de esta pareja, al parecer no tenían necesidades, pero hacía falta
algo, ellos no tenían un hijo, así que el viajero les prometió que dentro de un
año ellos tendrían un hijo, ante la incertidumbre de este ofrecimiento ellos no
creían que esto sucediera debido a la avanzada edad de ellos, pero él confirmó
la promesa, dentro de un año ellos abrazarían a un hijo.
El tiempo paso, y
al cabo de un año en aquella casa un pequeño bebé estaba en la mano de aquella
pareja, la promesa se había cumplido, la gratitud del viajero la había completado
el Señor. Esta historia la podemos encontrar en 2ª Reyes 4: 8-37, aquel viajero era el profeta Eliseo, quien
sirvió a Dios en el pueblo de Israel.
En esta historia
encontramos lecciones prácticas para nosotros, como familias cristianas,
debemos ser capaces de compartir las bendiciones que recibimos con otros
hogares, ¿Qué lecciones aprendemos de la historia de Eliseo y la pareja de
sunamitas?
1. Dios quiere ser una bendición en todos los
hogares.
Cuando Jesús
visitó Jericó, Él tenía la misión de bendecir un hogar, fue por eso que miró
hacia arriba de aquel sicomoro y le dijo a Zaqueo “Zaqueo, baja en seguida. Tengo que quedarme hoy en tu casa” (Lucas 19:
5 NVI), el propósito de Jesús era bendecir el hogar de Zaqueo y que se
diera cuenta que él también podía bendecir a otros, su corazón fue trasformado
inmediatamente, pues decidió cambiar su vida y restaurar a aquellos a quienes
había hecho mal. En la historia contada, vemos que la mujer también fue
bendecida, por haber invitado al profeta Eliseo, Dios bendice más a quienes
comparten lo que han recibido del Señor.
Una de las maravillosas promesas del Señor, es que Él
quiere entrar a tu casa, el apóstol Juan lo declara así: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3: 20), El
Señor quiere dar una bendición especial a aquellos que decidan abrirle la
puerta, Jesús debería ser el mejor amigo que esté invitado a tu mesa, la
escritora cristiana Elena White escribió: “Lo
primero que hay que hacer en un hogar cristiano, es asegurarse de que el
Espíritu de Cristo more allí” (HC, p. 19).
2. Toda
familia debe buscar lo mejor.
No solo Jesús debe entrar a tu casa, es menester que cada
miembro de la familia desee su compañía, debe haber una
armonía que complete al hogar, con Jesús en el hogar las cosas deberían ser
mejor, en la historia, vimos como la pareja estuvo en mutuo acuerdo, invitar y
sentirse a gusto con la visita; Jesús debe ser bienvenido y todos aceptar la
mejor visita del universo.
La próxima semana continuaremos con
este maravilloso tema.