LIBERTAD RELIGIOSA 2

DERECHO NATURAL Y
PATRIMONIO SAGRADO DE LA HUMANIDAD
“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de
una colina no puede esconderse” (Mateo 5: 14NVI)
Libertad de Conciencia
Es la facultad de
profesar cualquier religión sin ser inquietado por la autoridad pública. Bajo
el amparo y el ejercicio de la libertad de conciencia el individuo tiene la
capacidad natural de actuar o no actuar; de creer o no creer, de aceptar o no
aceptar; es la conciencia la que determina; por eso el sujeto obra de acuerdo
con su conciencia.
Libertad de Culto
Es el derecho de
poder practicar públicamente cada uno de los actos característicos de la
religión que se profesa. En esta libertad de culto está integrada la libertad
religiosa.
¿Cómo conservar la Libertad Religiosa?
1 Siendo un buen ejemplo de devoción y obediencia a los
reglamentos y ordenanzas otorgadas por El Creador. Una vida recta impulsa a
otros a seguir su ejemplo. En todo tiempo los cristianos puede darse a conocer
como gente amable, prospera y de buen nombre; esta será una buena barrera en la
defensa de nuestra fe. “Ustedes son la
luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se
enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en
la repisa para que alumbre a todos los que están en casa. Hagan brillar su luz
delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y
alaben al Padre que está en el cielo” Mateo 5: 14-15 NVI.
2 Respecto a los derechos de los demás. Las personas que
nos rodean también tienen sus creencias
y sus diferentes puntos de vista sobre la religión; debemos ser tolerantes y
amables con ellos.
3 A toda costa hay que evitar el fanatismo. Una religión
con tinte extremista y fundamentalista es una vergüenza, una amenaza pública y
un desprestigio ante el mundo. El fanatismo es peligroso porque distorsiona la
realidad religiosa creando un ambiente de agresión y desprecio.
4 Hay que evitar las críticas, las burlas y las expresiones
condenatorias y ofensivas hacia los que no creen como nosotros.
5 Evítese toda agresión hacia los que no comparten nuestras
creencias. Hay que huir de todo lo que pueda lastimar al prójimo. Se agrede a
una persona cuando por razones religiosas se les subestima y cuando se le
desprecia; inclusive cuando la ponemos a un lado y preferimos a otro menos
capaz. Mark Twain decía: “El hombre es un animal religioso. Es el único animal
que ama a su prójimo como a sí mismo y corta su garganta si no comparte su
misma teología”.
6 Denuncie ante las autoridades legales cualquier tipo de
intolerancia religiosa o cualquier violación de los derechos humanos. No
honramos a nuestro Creador con nuestro silencio, al contrario nos hacemos
cómplices y culpables de lo que pueda suceder. En algunos casos cuando hay situaciones de extrema
intransigencia la mejor opción será la huida; así lo recomendó Jesús a su
iglesia ante la impiedad del gobierno de Roma… “Así que cuando vean en lugar
santo “el horrible sacrilegio”, de lo que habló el profeta Daniel (el que lee,
que lo entienda, los que estén en Judea huyan a las montañas. El que esté en la
azotea no baje a llevarse nada de su casa. Y el que este en el campo no regrese
para buscar su capa” Mateo 24: 15-18 NVI. Por otra parte habrá muchísimas
ocasiones cuando lo mejor no es huir sino hacerle frente a los diferentes
episodios de discriminación y violación a nuestros derechos. El apóstol San
Pablo, el agente impulsor de la libertad cristiana en algunas ocasiones huyo;
pero en otras enfrento el poder civil con óptimos resultados. No es ningún
pecado tener que defender la libertad religiosa protestando enérgicamente o
utilizando los servicios profesionales de un abogado; habrá ocasiones cuando
será necesario apelar ante un tribunal de justicia competente.
7 En tiempo de elecciones este bien informado de la cultura
y tendencia religiosa de los candidatos; no solamente de la presidencia,
también están los alcaldes, ministros, parlamentarios, jueces etc.… Jamás
deberá apoyar y votar por aquellos cuyas tendencias personales y políticas
pudieran poner en riesgo el libre ejercicio de la libertad religiosa.
8 Ame a los demás. El maestro de los maestros, Jesús, dijo:
“Este mandamiento nuevo
les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también
ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos
sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” Juan 13:
34-35 NVI. También el apóstol Pablo recomienda: “No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de
todos” Romanos 13: 17 NVI.
9 Enseñe a sus hijos a respetar los derechos internos de la
familia. En cada hogar hay derechos que deben ser respetados: derecho a la
privacidad, derecho a la educación, al progreso personal, a escoger un estilo
de vida, derecho a la vida, a la salud , a
la autonomía, a la información, a la verdad, derecho a un trato digno,
atención médica, etc.
10 Ante Dios, cada ministro religioso está en la obligación
de educar a su feligresía, a respetar los derechos de los demás. Cada feligrés
tiene el derecho de ser tratado con dignidad; debe ser escuchado; debe dársele
la oportunidad de expresarse y ser atendido en sus necesidades urgentes. Cada
clérigo con su congregación deben ser los mejores guardianes de la libertad
religiosa y todos los derechos pertinentes a la vida. La defensa de la libertad
y de los derechos comienza en el hogar y continúan en la iglesia.
Continuará…
Del Folleto: "LIBERTAD RELIGIOSA: DERECHO NATURAL Y PATRIMONIO SAGRADO DE LA HUMANIDAD" Pastor
Efraín A Sánchez.