LOS PELIGROS DEL ESPIRITISMO: CUIDE A SU FAMILIA 1

"Porque los que viven saben que han de
morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es
puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca
más tendrán parte en todo lo que se hace bajo del sol". (Eclesiastés 9: 5-6)
A media
que nos acercamos al fin de la historia del mundo, la obra maligna del diablo
se hará cada vez más abarcante y destructiva. Las incuestionables y precisas
profecías bíblicas, nos advierten que el espiritismo como la obra maestra de
Satanás cada vez se hará más atractiva, más inocente y con un sentido de gran
necesidad espiritual. Satanás, que es el padre de la mentira utilizará todo
medio espiritista para engañar, seducir, esclavizar y llevar a los seres
humanos a la perdición eterna.
La
única manera de detectar el error y vivir libre de las asechanzas del enemigo
de las almas, es conociendo la verdad en toda su plenitud; pero ¿Qué es la
verdad?: Cristo es la verdad, la Biblia, la palabra de Dios es la verdad; la
santa ley de Dios con sus diez mandamientos es la verdad; esta es la luz
verdadera que alumbra y disipa las tinieblas que hoy envuelven al mundo; Jesús
dijo: "conoceréis la verdad y la verdad os hará libre".
¿Qué es el
Espiritismo?
Es la
forma directa de entrar en contacto con el mundo satánico. Para este fin, el
espiritismo cuenta con una doctrina, una filosofía, un conjunto de dogmas,
procedimientos y recursos variables y complejos.
Autor del Espiritismo
Satanás
es el arquitecto, diseñador y sustentador del espiritismo. Satanás es un ser
que fue creado por Dios con un propósito santo. Su origen fue puro, acabado en
hermosura y perfección, vivió en el cielo en compañía de seres puros, nobles y
leales al gobierno de Dios; por su rebelión fue expulsado del cielo junto a sus
millones de seguidores que hoy forman, el peligroso e infernal mundo de los
demonios. Satanás aun vive y es el responsable del mal.
Comunicación con los
Muertos
La
forma más antigua y popular del espiritismo es la comunicación con los muertos.
Intentar comunicarse con los muertos es caer directamente en los engaños del
maligno. La comunicación con los muertos
es un engaño espiritista por las siguientes razones:
1 La muerte es un cese total
de las actividades del ser. Con la muerte concluyen las funciones psíquicas,
cognoscitivas y físicas; por lo tanto, los que mueren no vuelven a tener
ninguna participación en las cosas de este mundo; esto es lo que reiteradamente
confirma la Biblia.
"Porque los que viven saben que han de morir; pero
los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en
olvida. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más
tendrán parte en todo lo que se hace bajo del sol". (Eclesiastés 9: 5-6)
2 La Biblia también
enseña que el espíritu no es un ser inmaterial que vive dentro del cuerpo y se
separa en el momento de la muerte para existir separado de él. El espíritu es
la traducción del término hebreo ruaj; que significa aliento o respiración; de esta
forma fue creado el hombre. Fue el aliento o la capacidad de respirar lo que
inició el proceso de la vida. El hombre de barro que Dios creó con sus manos,
no tuvo vida sino cuando recibió el aire para respirar. El aire (ruaj) es el
espíritu que sostiene la vida.
"Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de
la tierra, sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente". (Génesis 2: 7)
"Porque todo hombre tiene que morir. Su aliento se
detiene, la vida termina, y en un instante todo cuanto planea para sí, se
acaba". (Salmo 146: 4BD)
3 Se ha enseñado
también que, el alma es un ser inmortal e incorpóreo que viven unido al cuerpo,
separándose de éste en el momento de ocurrir la muerte. Por supuesto que la
Biblia no enseña esto; lo que si enseña la Biblia es que, cuando Dios creó al
hombre lo hizo de barro, y para que esa figura humana tuviera vida le puso
aliento de vida, como resultado, el hombre llegó a ser un alma viviente. Para
que el primer hombre viviera no es que recibió un alma sino llegó a ser un
alma. Toda persona viva es un alma; todo bebé que nace es una nueva alma que
viene a este mundo; toda persona que muere es un alma que muere, y por estar
muerta esa alma no existe ninguna parte; así que el alma y el ser es la misma
entidad.
"Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la
tierra, y sopló en su nariz aliento de vida; y fue el hombre un ser
viviente". (Génesis 2: 7 RV1960)
Continuará…
Del folleto:
“Los Peligros del Espiritismo: Cuide a su
familia” Autor: Pr. Efraín A. Sánchez.