TE OFRECE TRANSFORMACION

“Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en
un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más
gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu” (2 Corintios 3: 18 NVI).
El octavo propósito de Dios es la transformación.
El pecado causó una degradación en la imagen del ser humano; hemos
perdido esa identidad. No podemos reflejar la imagen de Dios debido a nuestra
tendencia al pecado, pero si dejamos morir al yo y permitimos que sea el
Espíritu Santo quien dirija nuestra vida y que sea Cristo el que viva en
nuestro corazón entonces empezaremos andar el camino que nos lleva a una
transformación extraordinaria.
Desde que buscamos el perdón de nuestros pecados y obtenemos la
justificación de ellos a través de Jesucristo, es el momento en que nuestra
vida empieza a tener sentido, porque cada paso que damos nos va transformando
al modelo que Dios quiere que tengamos, de tal manera que cada persona sea
reconciliada con Dios y cada uno pueda empezar la renovación de su ser.
Solo podremos reflejar la gloria de Dios cuando le permitamos que el
viva nuestra vida.
Que tu oración este día sea: Querido Dios, quiero que empieces a cambiar mi vida, porque deseo
reflejar tu gloria a los demás, te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.