MI ALMA ES DEL SEÑOR

“La persona que peque morirá.
Sepan que todas las vidas me pertenecen, tanto la del padre como la del hijo” (Ezequiel
18: 4 NVI).
Tanto justos como injustos tienen
que pasar la experiencia de la muerte, está no respeta posición o estatus social,
raza o nación, a todos les llegará el momento de bajar al descanso, aunque para
algunos será con esperanza y para otros la destrucción eterna. Esta es la
naturaleza de los que pecan deben morir.
Dice el versículo de hoy que
debemos saber que todas las vidas le pertenecen a Dios, sean justos o injustos, en
otras palabras, lo que Dios dio, regresa a Él, y lo que regresa a Dios es el
aliento de vida; ese primer soplo del principio de nuestros días regresa a Dios;
pues en sí, la vida está en el hálito de la vida. Es por eso, por lo que no
debemos entender el concepto del alma como un ser espectral, en si el alma viene
a ser el aliento de vida que Dios dio al hombre.
Aunque este concepto es complejo
de comprender, debemos tener en cuenta que, a pesar de estar separados de
Dios, todos les pertenecemos; el objetivo del enemigo simplemente es separar al
hombre de Dios, hacerle creer que es autosuficiente y que sólo sus medios le pueden
dar la vida. Es necesario que conozcamos el verdadero concepto de que por medio
de Dios: “vivimos, nos movemos y existimos” (Hechos 17: 28 NVI).
Que tú oración este día sea:
Querido Dios, me formaste en el vientre de mi madre, y allí me diste aliento de
vida, me has dado la oportunidad de vivir, ayúdame a vivirla solo para ti, en
el nombre de Jesús te lo pido, Amen.