LA MUERTE EN SÍ

“Volverá entonces el polvo a
la tierra, como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio.” (Eclesiastés
12: 7 NVI).
Cuando Dios creo al hombre le dio
el aliento de vida. La forma continua del aliento de vida es lo que dura nuestra
existencia en este mundo, lo podemos figurar de la siguiente manera: es como si
sopláramos por medio de una pajita (popote, pitillo) de forma continua;
mientras el aire circula por esta, es el periodo de la vida de un hombre,
cuando se deja de soplar supondría el fin de la vida. Es decir, Dios nos da de
forma continua el aliento de vida, pero cuando llegue el momento, Dios corta el
aliento de vida y se va al descanso y este aliento regresa a Dios.
Como bien nos enseña Génesis 2:
7, fuimos creados del polvo de la tierra, por lo tanto, polvo somos y al
polvo volveremos, esa es nuestra naturaleza original. En otras palabras, es la
desintegración total del cuerpo. El Señor ha trazado para todo el promedio de
vida; en este periodo de tiempo podemos aprender a administrarlo y aprender a
depender de Dios y de lo que Él puede hacer por nosotros.
Aunque parezca triste, a todos
nos llegará el momento, de bajar a la tumba, y volver al polvo de la tierra, esto
es por desgracia una de las consecuencias del pecado, pero a pesar de volver al
polvo de la tierra, si has tenido fe en el Señor, ten la seguridad que un día
te levantarás y tendrás vida eterna.
Que tú oración este día sea: Querido
Señor, la vida no tiene sentido si no se vive contigo, mis días y mis años no los
puedo vivir sí no pienso y no vivo para ti de forma continua, de esta manera te
pido que me bendigas, en el nombre de Jesús, Amén