PODER DIVINO

“Hizo
además Jesús, muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales
no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que
Jesús, es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su
nombre” (Juan 20: 30-31)
A través de la Palabra de Dios
conocemos muchas historias de lo que Jesús hizo cuando estuvo aquí en esta
tierra, y estas historias fueron escritas para nuestro conocimiento sobre quien
es Jesús. El mismo Jesús de ayer, es el mismo de hoy, y de mañana. Su Palabra
nos dice: “después de esto, Jesús se
manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberinas; y se manifestó
de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomas llamado el Dídimo, Natanael
el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón
Pedro les dijo: voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo.
Fueron, y entraron en la barca; y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya iba
amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que
era Jesús. Y les dijo: <
Querido amigo, cuantas veces en la
vida sucede así con nosotros. Ellos eran buenos pescadores, y no pescaron nada,
pero cuando obedecieron la indicación de echar su red a la derecha, como el
Señor se los dijo, sucedió el milagro y reconocieron que era su Maestro.
Así mismo pasa con nosotros, podemos
estar trabajando constantemente, muy duro en algo que nos interesa, pero, como ellos
una y otra vez fallamos, no pescamos nada, y nos sentimos frustrados. Cuando conocemos a Jesús y le hemos aceptado como nuestro Señor y Salvador, aprendemos a confiar en Él, entonces pondremos todas nuestras cosas en sus manos confiando en que él hará lo mejor para nosotros, ya que conoce nuestro futuro, y tiene un plan para cada
uno de nosotros.
Vengamos a Jesús todos los días en
oración, contémosle todo aquello que nos pasa, estudiemos su Palabra porque en
ella encontraremos las respuestas a nuestras preguntas, y aprendamos a escuchar
su voz y a obedecer sus mandatos.
Que
este día tu oración sea:
Amado Señor Jesús, gracias por tu gran amor, gracias porque sé que estas en
control de mi vida, ayúdame a aprender a escucharte, a obedecerte y a confiar
plenamente en ti, te lo ruego, en tu precioso nombre, Amén.
Que Dios los bendiga