YO NO SOY INDIFERENTE

“«Así dice el Señor
Todopoderoso: ‘Juzguen con verdadera justicia; muestren amor y compasión los
unos por los otros. No opriman a las viudas ni a los huérfanos, ni a los
extranjeros ni a los pobres. No maquinen el mal en su corazón los unos contra
los otros’” (Zacarias 7: 9-10 NVI).
El enemigo ha creado y
puesto en nuestro corazón la indiferencia y ésta la ponemos en práctica de
forma continua, hemos aprendido a ser indiferentes hacia las personas necesitadas,
en la actualidad se ha expandido la xenofobia (La RAE la describe como el rechazo, el odio o la hostilidad hacia los
extranjeros) y nuestro corazón continuamente está
planeando el pecado, ¿Qué le ha pasado a la humanidad?
A Dios le duele en el
corazón ver la actitud del hombre, su rechazo contra sus semejantes, la actitud
egoísta y el sobre valor del yo; el enemigo nos ha vendido una idea donde
nosotros somos más importantes que los demás, todo lo contrario a lo que Dios
ha dejado escrito. Dios quiere que ames a tu semejante, que seas
condescendiente con el extranjero, qué le tiendas tu mano a la viuda, al
huérfano y al pobre, quiere que seas la parte visible de Él.
Dios quiere que seamos justos en todo lo que hagamos, para que de esta manera se pueda proclamar un Evangelio
limpio y puro, aprendamos a practicar la justicia, vivamos en el amor y que de
este fluya hacia los demás, que vean que Cristo vive en nosotros.
Que tú oración este día sea: Querido Padre, no permitas que el enemigo siembre en mi corazón la indiferencia, antes
que nada, pon en mí el amor y la compasión, para que otros puedan ver en mí el ángel enviado por el Señor, lo pido en el nombre de Jesús, Amén.