CONVERSAR CON DIOS

“En mi angustia invoqué a Jehová, y
clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de
él, a sus oídos” (Salmos 18: 6).
A través de la oración, tenemos una
relación y comunión con Jesús, a medida que pasamos más tiempo con Él, nuestro
carácter y nuestros pensamientos son transformados por su presencia. Nuestro
pensamiento se conecta a su pensamiento y esto hace que nuestro carácter se
transforme cada día conforme a lo que Él espera de nosotros. La oración es una
de las mejores armas con la que contamos los seres humanos. Nos permite llegar
a nuestro Padre Celestial a través de nuestro Señor Jesucristo, imagínate que
privilegio tenemos de ser transportados a la presencia de Dios a través de la
Oración.
Su palabra nos dice en 2ª de Crónicas
7: 15-16 “Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en
este lugar, porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en
ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre”.
Orar es tener una conversación con
Dios, debemos tener la seguridad de que Él escucha nuestras oraciones, y
también tiene una respuesta para nosotros.
No hay mejor manera de iniciar nuestro
día, que teniendo comunicación con Dios. Platiquémosle nuestras cosas, estudiemos
su palabra, y día a día iremos adquiriendo esa confianza que nos da el tener
esa relación con Él; nuestra fe irá creciendo a medida que lo conozcamos y
experimentemos el amor que tiene por nosotros, confiados en él podremos salir a
enfrentar con valor nuestro nuevo día, sabiendo que nos dará el consejo
oportuno para tomar buenas decisiones.
Que este día nuestra oración sea: Gracias Padre porque sé que a través de la oración nos podemos
comunicar contigo en un abrir y cerrar de ojos, gracias porque tu palabra nos
dice que tu oído está presto a nuestra oración, danos la sabiduría y la
inteligencia de estar atentos a tu respuesta, en el nombre de Jesús, Amén
Que Dios te bendiga.