QUIERO SER UN RECONCILIADOR

“Si tu hermano peca contra ti,
ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu
hermano” (Mateo 18: 5 NVI).
Lo que menos queremos cuando
alguien nos ha ofendido es verlo y menos hablar con él, como se dice
coloquialmente no lo queremos ver ni en pintura. Pero ¿Es correcta esta
actitud? Como profeso seguidor de Jesús ¿Es correcto? Qué difícil es contestar
a estas simples preguntas. ¿Qué haría Jesús? Después de haber sido acusado
injustamente, golpeado, escupido, crucificado, maltratado y humillado “ni
siquiera abrió su boca” (Isaías 53: 7), lo único que dijo fue: “perdónalos,
porque no saben lo que hacen” (Lucas 23: 34), que ejemplo tan maravilloso.
Jesús tuvo la oportunidad de usar su poder para destruir a todos los que le hicieron
daño, pero no lo hizo.
La última vez que alguien te lastimó,
¿Cómo actuaste? ¿Deseaste que del cielo cayera fuego y lo consumiera, lo
ignoraste y mantienes ese sentimiento en tu corazón o buscaste la manera de
reconciliarte? El pecado nos nubla en circunstancias difíciles, pero esto no
debe ser el pretexto para actuar mal con esa persona, debemos afrontarla, ir a
buscar a esa persona, hablar con ella de la situación y solucionarla y entonces
habrás ganado un hermano.
Que tu oración este día sea: Señor,
que difícil es perdonar, sobre todo si me han hecho daño, ayúdame a ser un
reconciliador, te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.